Eso es un poema de Hermana Margaret Halaska, traducido por mi, llamado "The God who Knocks". Lo usé por mi homelía ayer. Abrir sus vidas a El que quiere entregarte todo.
El Padre tocó la puerta mia, buscando hogar por su hijo:
Rentar es barrato, le digo
No quiero rentar. Quiero comprar, me dice Dios
No estoy seguro que quiero vender,
Pero pases y veas la casa.
Okay, me dice Dios.
Quizás te dé un cuarto o dos.
Me gustan, me dice Dios. Quiero ambos,
Tal vez un día me entreges otro,
Puedo esperar, me dice Dios.
Me gustaría darte mas,
Pero es difícil. Se ocupa espacio por mi mismo.
Yo sé, me dice Dios, pero te esperaré. Me gusta lo que veo.
Me encantaría regalarte la casa entera,
Pero tengo dudas-
Piénsalo, me dice Dios. No voy a echarte a fuera.
Tu casa sería la mia, y mi hijo viviría allí.
Tendría más espacio que nunca.
No entiendo para nada.
Yo sé, me dice Dios, pero no te puedo explicar eso.
Tienes que descubrirlo tú.
Este sucede solo cuando le entreges toda la casa a El.
¡Que riesgo¡ le digo.
Si, me dice Dios, pero inténtalo.
No estoy seguro. Te lo dejo saber.
Yo puedo esperar. Me gusta lo que veo...
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